jueves, 24 de mayo de 2007

plutarco


...alas de america...


La cordillera de Sabanilla

En el sur profundo del Ecuador, entre las provincias de Loja y Zamora se extiende la cordillera de Sabanilla. Bordea el parque nacional Podocarpus y tiene el punto más alto a los 3,200 msnm. Es una cordillera atípica para el ecuador, al no ser muy alta ni tener las características del resto de la cordillera de los Andes. Es una cordillera con un clima lluvioso - húmedo, nublado la mayor parte del año.

Tomando como base mi casa en el pueblo de Yangana (a unos 30 km al sur de Vilcabamba) nos dirijimos con Lenin - muchacho local del pueblo y guía - hacia la reserva Tapichalaca, controlada por la fundación Jocotoco. Esta reserva es hogar del pajaro Jocotoco, animal endémico del lugar y único del mundo, y de donde toma el nombre la fundación. Es un animal tipo colmorán de galapagos, que por alguna razón tiene alas atrofiadas y no puede volar.

En camino a esta reserva, que está solo a 1 hora y media de Yangana y 1,200 metros verticales de elevación, Lenin nos detuvo para conocer una cascada que había encontrado. Peronsalmente no esperaba ver ninguna maravilla, pero lo que vimos no lo esperábamos. Paramos en una curva luego de un puente sobre un pequeño río. Nos adentramos por un lugar totalmente aleatorio para nosotros, y de la nada encontramos un precario sendero adaptado por Lenin. A unos 10 minutos de caminata llegamos a la cascada. Increíble, de la nada un lugar mágico y pacífico, no podíamos creerlo.

Luego de la cascada seguimos nuestro camino, parando por el punto más alto de Sabanilla, con mucho frío pues viajabamos en el balde de la camioneta sin mayor abrigo, y finalmente llegamos a Tapichalaca.

Al entrar a la casa de los guardabosques y hospedaje de científicos y ornitólogos, los colibríes volaban por todas partes, entre nosotros sin ningún reparo ni miedo. Era un espectáculo hermoso. Luego, al adentrarnos en los senderos - tomamos el sendero corto por cuestiones de tiempo - empezamos a encontrar algunas variedades distintas de aves, orquídeas, bromelias e insectos. Es increíble que en un pedacito de tierra se encuentre tanta diversidad y belleza natural.

El viaje debería continuar bajando la cordillera hasta llegar a Valladolid y eventualmente a Palanda, pero no teníamos el tiempo penosamente. Regresamos a Yangana para un par de aventuras más que les contaré en otro momento.

Las "Cuotas" Orientales

"Y hasta le dejo ya el contacto para la cuota..." Fue de hecho una de las pocas cosas que le creí a Don Pedro - carnicero y agricultor local de Cascales (cerca de Lago Agrio, provincia de Sucumbios) interesado en vendernos sus 15 hectáreas de pie de monte casi a lado de la línea de la frontera norte - una vez que nos lo explicó.

Nos habló muy bonito de las grandes cualidades agrícolas de su tierra, de todo lo que había plantado con éxito, de la gran cantidad de mazorcas de cacao que cosechaba en sus dos hectáreas plantadas; entre otras floreadas mentiras comúnes del sector. Hasta que llegó a la cuota.

Lo primero no se lo creí porque algo sabíamos con mi compañero de agricultura y tierra, pero lo segundo, aunque sería algo muy raro en otros lugares, en Ecuador me pareció algo probable - recordemos nuestro realismo mágico - así que escuché con oído crédulo.

"¿La cuota?" - pregunté - "Si ingeniero la cuota. Lo que hay que dar a las FARC para que nos protejan." Más asustado que sorprendido continué: "Pero, ¿pasarán por aqui esos tipos? Y además, ¿pagarles cuanto o con qué cosa, y para que nos protejan de quién?" Casi molesto por nuestra inocencia nos dice: "Pues se les paga con dólares si se puede, prefieren eso; 500 mensual se les paga. Si no con lo que se tenga y valga más o menos la cuota y les sirva. Y nos protejen de ellos mismos pues, o sea no nos hacen problema si les pagamos."

Estábamos asustados, no por el hecho de la guerrilla rondando por el sector, pero por el hecho de que la gente de los alrededores consideraban como normal el pago a la guerrilla para no hacerles daño.

Y pues bueno, digan lo que digan las autoridades la guerrilla colombiana está ya dando vueltas por nuestras tierras.

Realismo mágico, que mas podría ser.